La realidad les ha pegado muy duro, se ha llevado por delante el sueño americano de la igualdad para todos, del respeto para todos y sobre todo de la infalibilidad de la primera potencia mundial.
Su soberbia los había convencido que todo lo podían, que nada podría hacerlos sufrir, que todo esta debidamente previsto y bajo control, que a lo sumo y de ser necesario, disponen de todo cuanto necesite otro norteamericano, cuando sea oportuno.
Katrina, desnudó toda su realidad: que no saben y no pueden concurrir en ayuda de nadie que lo esté necesitando pero sí para combatirlo o destruírlo, que no disponen de reservas humanas para sanar a nadie a menos que haya sido herido en combate, ni siquiera para hacercarle un vaso de agua a menos que este herido en otras latitudes.-
Pero para que nada de esto se muestre a los ojos del pueblo, ejercen inmisericordemente la censura que tanto critican a otros países. El más claro ejemplo de ver la espina en el ojo ajeno sin apreciar la viga en el propio. Y hoy deben contabilizar muertos y más muertos, ancianos, niños o gente de color que sin embargo, no los hace reaccionar. Busch promete más millones y no más igualdad, menos olvido y no menos racismo, menos democracia en los hechos y no menos discriminación. New Orleans era a su modo patrimonio del mundo, pero hoy no tienen la culpa sus soberbios y racistas gobernantes... que no prestaron atención y subestimaron tantos avisos de eruditos científicos y entonces, sin haber aprendido la lección hoy ya tiene la culpa Katrina.-
Monday, September 19, 2005
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