UNA ARGENTINA QUE DUELE GRACIAS A SUS GOBIERNOS

¿HABRÁ O NO RAZONES PARA ESTAR PREOCUPADO?

Siempre me pareció una falta de respeto para con Ud. el opinar o analizar desde este rincón del país, lo que ocurre con nuestra situación nacional en casos muy puntuales o inmediatos como puede ser un tema como el del campo. Lo creo, simplemente por no disponer de la última información y de fuentes suficientemente cercanas y corroborables, como lo disponen un Jorge Lanata, Nelson Castro, Mónica Gutierrez o Joaquín Morales Solá por citarle ejemplos, más allá en todo caso, que lo haga un especialista en el tema quien sin dudas lo enfocará desde un punto de vista más específico. Simplemente por ello y porque usted también tiene acceso inmediato a esas opiniones a través del televisor. No obstante y con esta salvaguarda, me atrevo a esbozar sobre todo desde lo ideológico esta problemática que en nuestro medio en el fárrago de noticias, puede perderse.-
Me estoy refiriendo a lo frágil de nuestra independencia ante el mundo y lo volátil de algunas relaciones bilaterales. Si nos detenemos en Venezuela, observamos que ante la expropiación de la principal industria siderúrgica de ese país y una de las más importantes de Latinoamérica, con capitales Argentinos que nuestro país supuestamente debió proteger como lo hacen los más importantes del mundo, no emitimos opinión. (Expropiar significa desposeer a alguien de su propiedad en forma adecuada a la ley, por motivos subjetivos o no, de utilidad pública) El nuestro, si lo hizo, no nos dimos cuenta y me parece que es el claro ejemplo de porqué no estamos entre los principales países del mundo, más allá de querer serlo y hasta decirlo pomposamente en cuanto discurso se escucha.-
El segundo tema es la estatización de las empresas petroleras y gasíferas en Bolivia, que incluyó a Repsol donde nuestro país tiene todavía una participación y una acción de oro, en momentos que necesitamos tanto del gas como naftas y petróleo y donde hasta el momento nadie del gobierno dijo nada. (Estatizar es hacer pertenecer al estado, asociarlo o hegemonizarlo por la fuerza). Como nadie dijo nada tampoco, del gas licuado que comenzamos a recibir por barco en el puerto de Bahía Blanca, para asegurar el abastecimiento a las industrias.-
Rasguñar apenas estos temas, merece más un ensayo que una columna de opinión y por respeto al espacio cedido no vamos a profundizar, pero ante reacciones etno-céntricas aún en lo económico y que nos afectan seriamente, deberíamos por lo menos reaccionar de manera similar ejemplificadoramente. Se actúa con una amplitud de criterio para entender a los demás y no sostener lo propio, que preocupa. Tal vez la baja presión atmosférica, lo gris de la jornada o vaya a saber qué, me empujaron a intentar expresar el cómo me entristece hoy nuestra dependencia del gas Boliviano o del petróleo Venezolano y sus dineros, siendo un país con reservas enajenadas, sin posibilidad de reacción, comprometido a cumplir los compromisos asumidos en exportar gas a Chile. Es decir sometidos finalmente a los vaivenes de otros, de cuyas imprudencias también sufrimos consecuencias. Usted me dirá que siempre fue así y tiene razón, pero me da la impresión y convengamos, que eran imprudentes más importantes y que lo siguen siendo muy a nuestro pesar, pero hoy no sólo por la globalización dependemos como nunca, que Bangladesh no tosa ¿no cree que es muy triste?
No podemos separar la inflación que sufrimos pero no existe, de la amenaza de falta de mercaderías por sostener caprichosamente decisiones que podrían parcialmente revisarse. Todo… con la promesa del tren bala y una inversión cuyo 50% serviría para renovar todos los trenes y vías existentes en el país. ¿Tendrán razón en tratar de suprimir la prensa no adicta….? Miremos a Bolivia o Venezuela.-

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