Monday, October 09, 2006

UNA SOCIEDAD ANESTESIADA

PARECE ESTAR ANESTESIADA LA ATMÓSFERA

Me comenzó a llamar mucho la atención escuchar comentarios y opiniones que sin detenerse a pensar ni buscar suficiente información, ante determinada problemática social siempre está del lado de la mayoría o bien del aparentemente más débil. Sin dudas que desde un punto de vista psicológico las diversas actitudes demagógicas deben merecer innúmeras interpretaciones que no estoy capacitado a realizar, pero cuando ocurren desde los medios de comunicación, me importan y trato de entenderlas partiendo de sus propios postulados: el de informar, formar o entretener.-
Dejando de lado el último, informar demagógicamente no es comprensible salvo cuando se persiga un fin exclusivamente marketinero con todo el riesgo que eso implica, pero ¿y si se pretende formar de esa manera? Se instaura la mentira de los sofistas, de aquellos de quienes dio debida cuenta Sócrates en su momento y el reino del servilismo para ser premiado. Pero hoy ¿podemos encontrar un Sócrates entre nosotros? Dos por tres señalamos cómo la sociedad, cada uno de nosotros, fuimos educando y educados para agradar, no complicar y mantener un bajo perfil. Con bajo perfil se lograron mejores empleos (nadie tomaba una persona que intentase pensar por sí sola, lo ideal es que se limitara a obedecer y hacer de manera lo más efectiva posible) y en consecuencia, con bajo perfil se escalaba más rápido hacia las jefaturas donde uno podría allí sí desarrollar su capacidad e intentar el cambio. Claro que cuando uno llegaba lo primero que hacía era exigir bajo perfil a los demás ¿ no ? De esta manera se interpretaba que una sociedad como la nuestra se iría desarrollando y creciendo, generando sus líderes y que éstos nos llevarían al primer mundo sin escalas ni mayores esfuerzos, eso sí.-
Lo que nadie supuso (a menos que maquiavélicamente se haya diseñado así) es que todo nos iba a llevar a un ejercicio tan habitual de la hipocresía, el servilismo y la mentira, que hoy rediseñarnos como sociedad significa un esfuerzo tan descomunal, que de no ser encarado inmediatamente, probablemente no alcancemos a verlo jamás. Paradójicamente, en las películas extranjeras que a veces destacan claramente sus propios comportamientos sociales, cada uno de nosotros puede apreciar que en las empresas, deportes, la actividad diaria, reflejan una competitividad, una libertad de expresión cotidiana y de pensamiento, que provoca justamente lo contrario a lo que hacemos aquí: un alto perfil en el individuo promedio. Entonces, una sociedad se debate en la mediocridad de sus dirigentes y la supervivencia como país (la nuestra) y los otros, se encuentran como dominantes en el marco global.-
Ahora bien, la historia transcurre naturalmente y se desarrolla, ante la indiferencia disfrazada de tolerancia de todos pero un aspecto nuevo a sumar, está dado por la demagogia ya desembozada a esta altura, que nos ha ganado también en y desde los medios de comunicación. ¿Cuántos analistas, politólogos y comentaristas, conoce Ud. que están dando permanentemente la razón a las actitudes o situaciones que simpatizan a las mayorías aún cuando sean casi delictuales, corruptas, inmorales o ilegales? Una actitud que no siempre puede adjudicarse a la falta de información y la mayoría de las veces, están orientadas o persiguen un fin netamente político circunstancial que al soberano se le esconde.-
Se le esconde pero el pueblo lo cree, supone que es verdad, que está bien y que es lo correcto y sin embargo es todo lo contrario. La demagogia está reinando plena en los discursos y curiosamente, no tiene el único castigo correctivo existente: el repudio del pueblo que en silencio, avala pero desesperanzado. Lamentablemente, a los medios y comunicadores nos cabe la responsabilidad de señalar estas cosas para que el pueblo reaccione y en cambio a veces da la impresión, que nos sumamos para no quedarnos afuera. Aquí también debería castigarnos el pueblo quitándonos su respaldo pero.... a veces parece reinar la anestesia ¿no lo cree?

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